Jonás, ¿cómo reaccionó cuando vio que la ejecución de la sentencia divina no llegó cuando esperaba? El relato informa que “le desagradó sumamente, y llegó a estar enardecido de cólera” (Jonás 4:1). Incluso se atrevió a dirigirle al Todopoderoso una oración en la que parecía querer reprenderlo. El profeta insinuó que debería haberse quedado en su hogar, en su propia tierra. Afirmó que siempre había sabido que Jehová no castigaría a Nínive, y utilizó ese argumento como excusa para justificar por qué había huido a Tarsis. Por último, le pidió a Dios que le quitara la vida, asegurando que prefería morir a seguir vivo (Jonás 4:2, 3).¿Qué era lo que en realidad le molestaba? Bueno, no podemos saber qué le pasaba por la cabeza, pero sí sabemos que el juicio contra los ninivitas lo había proclamado él. Estos le habían creído, pero el castigo no llegaba. ¿Será que temía que se burlaran de él y lo tacharan de falso profeta? Quién sabe… El caso es que no se alegró ni por el arrepentimiento de los ninivitas ni por la misericordia que les mostró Jehová. Más bien, se sintió herido en su orgullo y se dejó llevar por el resentimiento y la autocompasión. Pero a pesar del caprichoso enojo de Jonás, Dios seguía viendo algo bueno en él. Así que, en lugar de castigarlo por su falta de respeto, le formuló con paciencia una pregunta para hacerlo razonar: “¿Es con razón que te has enardecido de cólera?” (Jonás 4:4). ¿Y qué respondió Jonás? La Biblia no lo dice.
De la experiencia de Jonás aprendemos que el proceder que muestra sabiduría es el de obedecer los mandatos de Jehová. También, aquella experiencia nos ayuda a apreciar más profundamente que la voluntad de Dios es que extendamos misericordia a otros.
Y si a veces parece que se interponen obstáculos insuperables, queremos ejercer fe, como Jonás la ejerció mientras estuvo en el vientre del pez, en que con la ayuda de Jehová podemos vencerlos y pasar adelante a cumplir nuestra comisión.—Santiago. 3:17; Mateo. 5:7; Lucas. 6:35, 36; 17:5, 6.
Como Jonás, quizás descubramos más tarde que, después de todo, en realidad no es demasiado difícil cumplir con la voluntadde Dios.
Verdaderamente la experiencia de Jonás está llena de lecciones para nosotros, y podemos beneficiarnos de ellas.
Por ella aprendemos lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. Aprendemos a imitar las buenas cualidades que mostró Jonás, y a evitar sus errores. Recibimos estímulo para imitar las admirables cualidades de Dios, y en particular su misericordia, su gran paciencia y su amor. ¡La dramática historia de Jonás tiene apremiante significado para nosotros porque estas cosas en realidad le sucedieron a Jonás!—Romanos. 15:4.
11/05/2022 a las 1:09 AM
Jonás, ¿cómo reaccionó cuando vio que la ejecución de la sentencia divina no llegó cuando esperaba? El relato informa que “le desagradó sumamente, y llegó a estar enardecido de cólera” (Jonás 4:1). Incluso se atrevió a dirigirle al Todopoderoso una oración en la que parecía querer reprenderlo. El profeta insinuó que debería haberse quedado en su hogar, en su propia tierra. Afirmó que siempre había sabido que Jehová no castigaría a Nínive, y utilizó ese argumento como excusa para justificar por qué había huido a Tarsis. Por último, le pidió a Dios que le quitara la vida, asegurando que prefería morir a seguir vivo (Jonás 4:2, 3).¿Qué era lo que en realidad le molestaba? Bueno, no podemos saber qué le pasaba por la cabeza, pero sí sabemos que el juicio contra los ninivitas lo había proclamado él. Estos le habían creído, pero el castigo no llegaba. ¿Será que temía que se burlaran de él y lo tacharan de falso profeta? Quién sabe… El caso es que no se alegró ni por el arrepentimiento de los ninivitas ni por la misericordia que les mostró Jehová. Más bien, se sintió herido en su orgullo y se dejó llevar por el resentimiento y la autocompasión. Pero a pesar del caprichoso enojo de Jonás, Dios seguía viendo algo bueno en él. Así que, en lugar de castigarlo por su falta de respeto, le formuló con paciencia una pregunta para hacerlo razonar: “¿Es con razón que te has enardecido de cólera?” (Jonás 4:4). ¿Y qué respondió Jonás? La Biblia no lo dice.
De la experiencia de Jonás aprendemos que el proceder que muestra sabiduría es el de obedecer los mandatos de Jehová. También, aquella experiencia nos ayuda a apreciar más profundamente que la voluntad de Dios es que extendamos misericordia a otros.
Y si a veces parece que se interponen obstáculos insuperables, queremos ejercer fe, como Jonás la ejerció mientras estuvo en el vientre del pez, en que con la ayuda de Jehová podemos vencerlos y pasar adelante a cumplir nuestra comisión.—Santiago. 3:17; Mateo. 5:7; Lucas. 6:35, 36; 17:5, 6.
Como Jonás, quizás descubramos más tarde que, después de todo, en realidad no es demasiado difícil cumplir con la voluntadde Dios.
Verdaderamente la experiencia de Jonás está llena de lecciones para nosotros, y podemos beneficiarnos de ellas.
Por ella aprendemos lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. Aprendemos a imitar las buenas cualidades que mostró Jonás, y a evitar sus errores. Recibimos estímulo para imitar las admirables cualidades de Dios, y en particular su misericordia, su gran paciencia y su amor. ¡La dramática historia de Jonás tiene apremiante significado para nosotros porque estas cosas en realidad le sucedieron a Jonás!—Romanos. 15:4.
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11/05/2022 a las 4:56 AM
Buenos dias bendiciones amen
11/05/2022 a las 6:20 AM
Amen Amen 🙏